El reciclaje es un proceso donde las materias primas que componen los materiales que usamos en la vida diaria como el papel, vidrio, aluminio, plástico, etc., una vez terminados su ciclo de vida útil, se transforman de nuevo en nuevos materiales.
Verde: Depósito de vidrios.
Amarillo: Depósito de envases.
Rojo: Depósito de materiales de hospital infecciosos.
Azul: Depósito de cartones y papeles.
Marrón: Depósito de restos de comida.
Gris: Depósito de desechos.
Las consecuencias de no reciclar son realmente graves para nuestra supervivencia como especie, sobre todo si tenemos en cuenta que en estos momentos el planeta se enfrenta a retos como el cambio climático, la contaminación, la deforestación de los bosques o el agotamiento de los recursos naturales, entre otros.
Vidrio: 4000 años.
Pilas: 500/1000 años.
Bolsas y botellas de plástico: 150 y 1000 años respectivamente.
Mecheros: 100 años.
Tetrabriks: 30 años.
Latas: 10 años.
Chicles: 5 años.
Los materiales biodegradables son aquellos que en su mayor parte tienen un origen natural, suelen ser ‘orgánicos’ o fabricados a base de productos orgánicos, y por lo tanto se degradan/ o reciclan sin necesidad de procesos humanos. El calor del sol, la lluvia, los hongos, el viento, la humedad y las bacterias pueden con ellos y los descomponen de forma natural.